“Luis Barragán siempre guardó la esperanza de que su labor, y la de todo arquitecto, formara parte de la gran tarea de dignificar la vida humana por los senderos de la belleza y contribuir así a levantar un dique contra el oleaje de la deshumanización y vulgaridad”.
En los terrenos de la antigua penitenciaría, Luis Barragán y su hermano Juan José, construyeron el Parque de la Revolución entre 1935 y 1936. En torno al parque se edificaron nuevas residencias de la autoría de varios de los contemporáneos de Barragán: Pedro Castellanos, Ignacio Díaz Morales y Rafael Urzúa.
Durante el recorrido se pretende visitar las obras más representativas de tres momentos de la arquitectura de Barragán: su etapa en la Escuela Tapatía de Arquitectura, donde se reconoce una reinterpretación de la arquitectura de los pueblos de Jalisco; la etapa de su afiliación al funcionalismo, a partir de su contacto con la arquitectura de Le Corbusier y el movimiento funcionalista europeo y finalmente, la etapa donde explora su propia síntesis de las etapas anteriores.